Foto: @pura_finta
Sin precedentes.
La llamada “Tormenta Perfecta” fue impecable y no tuvo piedad con el Norte del país.
Las noticias que siguen el acontecimiento no dejan de informar acerca de los desastres provocados por este maretazo de fin de año.
Y a la bahía de Lobitos le tocó vivir / padecer una doble desgracia por el tema del derrame a poco de celebrarse la Navidad.
Con el objetivo de respaldar a la comunidad de pescadores, se ha creado un GoFundMe. Se han cerrado más de 100 puertos, y miles de familias de pescadores se han visto seriamente afectadas.
Dona aquí: Lobitos en Emergencia – Apoye a la Comunidad Pesquera Costera
Esto es lo que nos cuenta Sebastián Correa:
“La cosa fue bien maleada porque todos los pescadores estaban en una reunión con Petroperú, y nadie se esperaba que el mar iba a crecer tanto. En plena reunión entraron las olas y varios botes murieron. Incluyendo el de mi papá. Casi lo perdemos. Le destrozo el mastil”
“Todos los pescadores acá necesitan ayuda porque han perdido su única fuente de ingresos. El muelle está destrozado. Lobitos está súper afectado no solo por oleaje, sino por el derrame de petróleo”
“Si la gente puede apoyar con algo, todo es bienvenido, y súper agradecidos”
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Sobre el derrame y el maretazo en el norte peruano
En el norte de Perú, recientes desastres ambientales han generado graves consecuencias para las comunidades locales. El 21 de diciembre de 2024, un derrame de petróleo en la Refinería Talara, operada por Petroperú, afectó aproximadamente 10,000 metros cuadrados de mar, contaminando playas como Las Capullanas en Lobitos. Este incidente ha devastado la fauna marina, incluyendo tortugas, delfines y diversas especies de peces y crustáceos, y ha paralizado las actividades de más de 2,000 pescadores artesanales, quienes dependen del mar para su sustento.
A esta situación se suma un “maretazo” que, desde el 27 de diciembre, ha provocado olas de hasta cuatro metros en la costa norte y centro del país. Este fenómeno ha volcado embarcaciones artesanales, destruido muelles e infraestructura turística, y dejado sin sustento a miles de pescadores en localidades como Máncora, Lobitos, Talara, Cabo Blanco, El Ñuro, La Caleta y Los Órganos, situadas en Tumbes y Piura. Además, más de 80 puertos han sido clausurados temporalmente, afectando significativamente la economía local y el turismo en la región.
Estos eventos han exacerbado la vulnerabilidad de las comunidades costeras, que enfrentan desafíos ambientales y económicos sin precedentes, requiriendo una respuesta coordinada y efectiva para mitigar los daños y apoyar la recuperación de las zonas afectadas.