Por Pamela Álvarez Calderón B.
Cuando uno es fan de verdad pueden pasar dos cosas:
O lo disfrutas al máximo.
O sufres. Y mucho.
A veces ser tan fan no es tan bonito.
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Había querido pasar caleta y no contar, aun, quién es mi surfer favorito del tour. De hecho he escrito varias columnas tratando de sonar imparcial, hablando un poco de todos, pero ha llegado el momento de la confesión sincera jajaja porque pasó algo importante, al menos para mí. Y es que la semana pasada me enteré que Kelly se había lesionado y que no iba a poder viajar en el chárter de la WSL hacia Australia. Estaba en mi cama, era de noche y leí la noticia y, en serio, salió de mi boca un grito de “¿quéeeeeee?” unido a “¡no puede ser!” y a “¿por quéeeeee?” y finalmente a “¿qué pasóoooooo?”.
<<<<< R E W I N D <<<<<
Cuando vi a Kelly por primera vez hace poco más de 4 años, mi novio tuvo que decirme que era el “pelado”. Yo ni siquiera lo podía reconocer sola. Sabía por cultura general quién era Kelly Slater, pero no sabía casi nada de su carrera ni de él. El primer día en Hossegor yo solo pensé: “si ya estoy acá, porque mi novio me ha traído, quiero tomarme una foto con el tal Kelly Slater” jajaja. Y así fue, nos tomamos esta foto mi novio, Kelly y yo.
Pero en Hossegor pasó algo más conmigo.
Creo que pusieron algo dentro de mi cerebro que me hizo amar el surfing. Vi un par de días de campeonato desde la arena de Hossegor y eso bastó. Eso y las 1458 preguntas que le hice a Jose, mi novio, para empezar a entender cómo funcionaba el evento y el deporte. En serio me pareció tan paja, que al día siguiente era yo la que despertaba a Jose para ir tempranito a la playa porque no quería perderme de nada.
Era yo la que le decía al taxista que nos había ido a recoger para llevarnos al aeropuerto de Biarritz, que nos llevara primero a la playa un toque, a ver el heat de Kelly que estaba por correrse y que le pagaríamos un extra si nos esperaba unos 20 minutos para luego seguir rumbo al aeropuerto. Qué importaba en ese momento llegar tarde y, quizás, perder el avión. Yo solo quería ver más.
Y cuando llegué a Lima, después de ese primer contacto con el surfing, googlée como nunca antes, vi videos, fotos, repeticiones de eventos, de heats, películas, entrevistas, me volví una esponja absorbiendo información. Busqué, busqué y busqué y mientras más buscaba acerca del deporte, más conocía sobre la carrera de Kelly. Porque es así. Si quieres buscar información de surfing, encuentras información de Kelly. Porque Kelly es sinónimo de surfing.
Empecé a darme cuenta de lo alucinantemente extraterrestre que es ese hombre.
Vi sus victorias, vi también sus derrotas, vi su rivalidad con Andy Irons, me enteré de Momentum Generation, conocí sus títulos, su historia desde que era un niño en Cocoa beach, su paso por Baywatch, hasta sus romances y mientras más averiguaba, más me gustaba todo lo que encontraba. Es que es la historia de un prodigio en el deporte. El más puro talento hecho humano. Es una leyenda viva. Es el GOAT. Sin dudas.
Y luego de averiguar y averiguar y averiguar, solo quise viajar y ver eventos y verlo competir, a él. A Kelly.
He ido a verlo en vivo todas las veces que he podido desde esa primera vez en Hossegor y las que no, obviamente lo he visto en streaming. Me volví su fan número 1. He dejado de ver partidos de la selección por ver heats de él. He estado en reuniones con amigos pegada a mi cel en una esquina, si él competía. He estado en mi oficina sin trabajar, con la computadora a pantalla completa viendo sus heats en vivo. He participado de reuniones y de conferencias mirando el cel caleta, sin que nadie se dé cuenta, porque no me puedo perder sus competencias. No puedo.
Es que mi mente no pude entender cómo puede haber alguien tan capo en algo y que lo haya podido mantener de esa manera a lo largo de tanto tiempo.
No quiero hablar de los números de Kelly porque todos los conocemos. Ser campeón del mundo 11 veces, digamos que ya es decir demasiado. Es el más joven y el mayor en haber conseguido un título, además. Podrán venir súper surfers en el futuro, incluso ahora hay monstruos en el tour, pero nadie podrá igualar sus récords y sus victorias. Nadie. Nadie podrá ganar 11 veces el título mundial, 5 de ellos en años consecutivos. ¡Es que es de locos! Tampoco creo que nadie se mantenga tantos años en el tour como él, quedando siempre en el top 10. ¡Es que este hombre es fuera de este mundo!
Y también me volví fan porque su historia me parece muy bonita.
Un niño con problemas en casa a causa de un papá alcohólico, que vivía muy cerca de la playa y que encontró en el mar un refugio para escapar de su realidad. Que corría olas chiquitas porque era lo que había y que al poco tiempo se dio cuenta de que tenía un súper hiper mega talento. Un niño que era muy competitivo por tratar de destacar al lado de su hermano mayor. Un niño que años más tarde se cansaría de levantar copas y ganar heats, eventos y campeonatos mundiales.
Este tipo de historias inspiradoras, ganadoras, siempre me han cautivado.
Siempre he sentido que tienen que ser lo más eternas posible. Y tienen que tener los finales más felices, porque se lo merecen. Por eso siempre quiero que Kelly gane, porque siento que hay cosas que no deben cambiar. Y ver a Kelly ganando es una de ellas. Es algo que quiero tanto que mis sentimientos se vuelven súper intensos.
Antes de que compita, en serio estoy nerviosa y lo siento físicamente porque me palpita el corazón más fuerte que de costumbre. Y mientras compite, estoy más tensa que él (fijo) y que cualquier otro fan del mundo, estoy segura. Ansiosa, nerviosa, mirando el reloj. Cuántas veces me he servido un trago para verlo más relax jajaja. Pero es que ser fan de verdad, al menos como yo lo vivo, tiene que ver con involucrarse.
Cuando Kelly gana, ese día se vuelve un gran día para mí. Los ojos me brillan y estoy más feliz que de costumbre, quiero celebrar como si yo hubiera ganado.
Pero cuando Kelly pierde, sufro, en serio. Me pongo triste o furiosa y se me nota. Esa es la parte fea, por eso decía al inicio que a veces ser tan fan no es tan bonito porque a veces duele.
Desde que sigo el CT no lo he visto ganar un evento. Aun. Y es una de las cosas que más me gustaría ver. Lo he visto llegar a semis varias veces pero ha faltado esa nadita para verlo de nuevo levantando un trofeo. ¿Pero saben qué? Estoy segura de que lo voy a ver. Espero ese momento con ansias locas.
Regresando al tema: lamentablemente la lesión en su pie en el 2017 fue muy fuerte.
Después de 2 cirugías y de competir en eventos esporádicos, recién pudo volver a un año completo de competencia en el 2019. Y vaya que le costó regresar. Fue duro. Para mí, había agarrado la onda de la competencia y de su estado físico para finales de ese año. Por eso cuando después de quedar tercero en el Pipe Masters declaró que correría un año más, dije: “¡el 2020 es!”. Pensé que el 2020 sería su gran año de los últimos tiempos. Y llegó esta pandemia del mal, de la que aun el mundo no puede salir. Y el 2020 no hubo CT pero estuvo varios meses en Indonesia corriendo increíble y llenándose de energía.
La temporada 2021, empezó en diciembre pasado en Pipeline y Kelly quedó tercero.
Buenaza forma de empezar el nuevo año. Todo pintaba súper bien para este 2021. Por eso creo que fue tan duro leer la noticia de su lesión la semana pasada, por eso me puse tan triste también. Y ya no sé qué va a pasar.
Solo sé que yo no quiero que se retire nunca, quiero que cumpla 50 años y siga corriendo en el tour, quiero que gane un evento más y no solo eso, quiero que gane su título número 12. Porque las historias alucinantes como la de él, merecen eso y más. Y merecen también fans como yo, que sienten que se les para el corazón cuando va a competir, que se alegran en sus victorias y que sufren en sus derrotas. Kelly, por fa, recupérate y sigue compitiendo. Y no te olvides lo que siempre te escribo: No te retires nunca, porque los Kings como tú merecen competir, ganar y vivir para siempre.
Nos vemos el próximo jueves, chau!
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