Por Pamela Álvarez Calderón B.
Siempre he pensado que los deportistas aman lo que hacen. No me imagino un deportista de alta competencia odiando su deporte… bueno, quizás hay uno, André Agassi, quien contó acerca de eso en su biografía “Open”. Utilizó la palabra “odio” incluso, cuando se refirió al tenis. Sí, a ese deporte que practicó durante años y con el que consiguió logros alucinantes.
Pero creo, o quiero creer, que debe ser el único. Uno puede odiar su chamba si trabaja en una fábrica o en una oficina haciendo algo que no le gusta porque necesita la plata. Pero el que se dedica a un deporte, se dedica a eso porque muy probablemente lo empezó a practicar desde niño, casi como un juego. Luego, lo siguió practicando porque le gustaba y lo fue perfeccionando de a pocos, hasta que terminó dedicándose a ese deporte de manera profesional. Y dedicarse a eso “de grande” casi termina siendo como un sueño hecho realidad. Poder mantenerte de tu deporte, ganar plata de tu deporte debe ser la meta de muchos niños que empiezan a agarrar una raqueta, patear una pelota o pararse en una tabla.
Decía hace poco, en otra columna, que correr el Tour Mundial debe ser el mejor trabajo del mundo. Para un surfer que le encanta correr tabla, entrar al Tour, correr al lado de tus ídolos, viajar a lugares increíbles del mundo a correr las mejores olas del planeta y que te paguen por eso, debe ser, sin dudas, el trabajo perfecto. Y cuántos luchan por entrar a esa élite. Es difícil, muy difícil, porque así como uno tiene ese sueño, hay muchos otros que tienen exactamente ese mismo sueño. Solo unos pocos lo van a lograr. Y ellos sentirán que entraron al cielo.
Siempre he pensado también, que el tema del retiro debe ser una de las decisiones más difíciles en la vida de un deportista. Si no es por lesión, decidir cuál es el momento más adecuado para dejar de hacer eso que amas hacer… wow, qué difícil debe ser, no quisiera estar en ese lugar. Porque el tiempo pasa y ese deportista le ha dedicado muchos años de su vida a esa vida, a ese deporte, a esa competencia. Imaginar su vida sin eso, debe ser como sentir el vacío mismo. Porque quizás siente que no sabe hacer otra cosa más en la vida que competir en su deporte. Quizás alarga esa decisión más de la cuenta. Quizás, lo hace antes de tiempo. Realmente debe ser la decisión más difícil. Y los admiro cuando la toman. Sea el tiempo que sea. No hay tiempo perfecto. Solo el tiempo de cada uno.
Viendo los eventos del Championship Tour (CT) de este año y sabiendo que es el último año de competencia de Adriano de Souza, no pude evitar reflexionar sobre esto y pensar en 2 surfers a los que vi despedirse en vivo.
<<< R E W I N D <<< Pipeline – Diciembre, 2017
En el 2017 que estuvimos en Pipeline viendo el último evento del año, pasaban muchas cosas al mismo tiempo. Se disputaba el título mundial, con surfers hambrientos de triunfo en el mejor momento de sus vidas y al mismo tiempo, se terminaban algunas carreras.
Tuvimos frente a nosotros, en la arena de la playa, a todos los australianos juntos. Pusieron un toldo y ese fue su bastión durante todo el evento. Ellos, amigos, familiares y sus tablas. A un metro de nosotros tuvimos a Julian, a Mick, a Bede Durbidge, a Josh Kerr, a Owen, entre otros. ¡Todos patasas! En serio, brothers. Pasándola bien, apoyándose, pero también compitiendo entre ellos.
Bede Durbidge y Josh Kerr habían anunciado su retiro para finales de ese año. En Pipeline. Así que cada cosa que hicieran en ese evento sería la última como parte del Tour. Qué duro debe ser. No me puedo imaginar esa situación.
Bede Durbidge terminó su carrera a los 34 años, en el round 2 frente a ¿quién creen? A su amigo Mick Fanning. Sí, Mick lo sacó de su último evento. Y fue un heat peleadazo aunque con un Pipeline chico. Durbo estuvo adelante de Mick casi todo el heat. Faltando 3 minutos, Mick agarra una buena ola, consigue un buen score y pasa al primer lugar. Y Bede logra tener una última oportunidad cuando el heat estaba por terminar. Un tubo pequeñito pero largo. Celebró pensando que lo había logrado. Pero no le dieron el puntaje que necesitaba, solo por 0.03 puntos. Esas cosas del surfing y de los jueces. Mick terminó ganando ante la cara de desilusión de Durbidge. Saliendo del mar se saludaron con ese cariño que se nota que es de patas.
A Bede lo esperaba Josh y un australiano más, quienes lo levantaron en hombros y lo llevaron por la playa como campeón. 13 años en el Tour se acababan en ese momento. Un montón de tiempo. Habían hecho polos que decían:
13 years
Cheers Durbo!
Now time for beers
Y así, entre amigos, todos con los polos que rendían homenaje a esa carrera, Durbo se despedía de una parte de su vida. La de profesional. Se sabía que seguiría estando ligado al surfing pero ahora como parte del equipo técnico de la selección australiana, en ese momento con miras hacia Tokyo 2020.
En el caso de Josh Kerr, de 33 años en ese momento, su carrera terminó en el round siguiente. Llegó hasta el round 3 frente a un Gabriel Medina que competía por el título y que la sufrió porque estuvo debajo todo el heat. Kerr agarró una buena ola al inicio que lo mantuvo en el primer lugar durante más de 28 minutos. Pero con Medina en el agua tienes que esperar a que suene la campana para cantar victoria. En los minutos finales del heat, Medina consiguió sus 2 olas con más puntaje y le quitó a Josh la posibilidad de correr más heats en su carrera de Pro Surfer. En la orilla esperaban a Josh, su esposa y su hija Sierra que es una gran promesa del surfing femenino.
Mick y Durbo se encargarían de llevarlo por la arena cargado como campeón. 10 años en el tour estuvo Josh. 10 años dedicándose a ese deporte que ama. También había polos para él:
10 years
Cheers Kerrzy!
Now time for beers
En el caso de Josh, se despedía contando que pasaría más tiempo con su familia, acompañando a su hija Sierra a viajar por el mundo y apoyar el inicio de su sueño. Ahora ya no es el de él sino el de su hija. Es una capa y estoy segura que será parte del Tour cuando sea más grande. Una carrera terminaba pero otra estaba empezando.
Así culminan carreras, entre sonrisas, amigos y recuerdos que seguramente quedarán grabados en sus mentes para siempre. Sueños que terminan pero vida que continúa. Con otras metas, con otros planes. Estoy segura que los Pro de cualquier deporte deben vivir una etapa de adaptación cuando se retiran bien complicada, pero creo que tarde o temprano encuentran otra vez su lugar en el mundo.
Mientras escribo esta historia pienso en Adriano, campeón del mundo 2015, que ha tomado la decisión de dejar el Tour a finales de este año. Lo veo compitiendo y siento que lo está disfrutando, la pasa bien en compañía de todos los brasileros del Tour que este año parecen más unidos que nunca. Siempre juntos, compartiendo fotos de su convivencia casi como si fueran un equipo. Siento, y me gusta pensar que es así, que Adriano lo está disfrutando y lo está viviendo relajado. ¡Qué bien por él! Después de una gran carrera es lo que se merece. Adriano siempre me pareció lo máximo, como surfer y como persona. Cada vez que he tenido la oportunidad de hablar con él, ha sido el mejor. Siempre con una sonrisa y con la mejor vibra.
Y para terminar, no puedo dejar de pensar también en Kelly. Se ha hablado tanto de su retiro, tantas veces. Y sin embargo sigue compitiendo y sigue dando que hablar. Este año lo empezó tercero luego de una alucinante actuación en Pipeline. Desde esta tribuna metemos toda la energía y la vibra para que ese día, el retiro de Kelly Slater, esté aún muy lejano. Como lo he dicho antes, el Tour no es lo mismo sin él. Si ahora se le extraña demasiado por sus lesiones, no quiero ni pensar lo que será saber que un día ya no estará más. Pero ahora con la pequeña opción que se ha abierto de ver a Kelly en las Olimpiadas por las lesiones de Kolohe y John John –clasificados por USA- creo que está con más ganas que nunca.
Se despidió hace poco de una transmisión en vivo del último evento en Rottnest Island en la que participó, diciéndole a Joe Turpel algo como: “Nos vemos en el Surf Ranch, Joe”. El Surf Ranch es la siguiente parada del Tour. Kelly no se ha perdido una sola competencia oficial en el Surf Ranch desde que se corre esa fecha. Obvio, es su castillo. ¿Cómo podría haber un campeonato sin él ahí? Lo ha hecho estando en su 100% y también con lesiones. Ahora está saliendo de algunas un poco complicadas. Pero después de esa despedida a Joe en la transmisión, siento que competirá en el Surf Ranch y eso me pone muy feliz, tengo que aceptarlo.
Pienso también en México, la fecha siguiente al Surf Ranch. Y solo deseo con todas mis fuerzas que vaya, porque yo estaré ahí y quiero verlo en vivo, otra vez. Hay carreras que deben acabar, es lógico. Y cada uno debe elegir el mejor momento para hacerlo. Hay otras sin embargo, como la de Kelly, que no deben terminar jamás.
Nos vemos el próximo jueves, chau!
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