Alonso Correa avanza sólido a cuartos de final en un Teahupo’o eléctrico y surrealista

Ondea la bandera peruana en otro día para fechar en The End of the Road / Foto: ISA

Alonso Correa sigue inspirado y vuelve a dar la sopresa tras imponerse a su compañero y líder del team O’Neill, el “veterano de guerra” sudafricano Jordy Smith / Foto: ISA

Ondea la bandera peruana en otro día para fechar en The End of the Road.

Dicen que las redes sociales se han vuelto más locas de lo que ya están, que la afición blanquirroja seguidora de los Juegos Olímpicos París 2024 ha entrado en trompo, y que un diluvio de corazones han ido a parar al inbox del hasta hace unos días desconocido Alonso Correa.

Un desconocido, al menos, para el pueblo peruano, pero solo hasta el día de hoy.

¿Cuántos seguidores tenía Alonso antes de? ¿Cuántos tendrá ahora? Fue un pequeño detalle que olvidé tener en cuenta, que para eso también sirven los Juegos Olímpicos.

Desde hace unas horas, el Perú entero quiere saberlo todo acerca del menor de los Correa, cuyo domino sobre las llamadas olas de consecuencia nos ha hecho saltar de nuestros asientos con alegría. Y esto no es fútbol. Sino algo mejor: surfing en su quintaesencia polinésica. En unas condiciones que nadie vio venir, Teahupo’o se puso, ahora sí, en modo olímpico.

Sorprendió ver el mar así de heavy en las primeras tomas del streaming. Nunca antes un reporte del mar pareció tan oscurantista como el de estas olimpiadas, pues no se sabía o, mejor, no se quizo precisar qué tal iban a estar las olas, ni qué días exactamente se iban a correr. Y qué bueno que haya sido de esta forma. Develar misterios así tiene algo de ancestral que es necesario recuperar entre tanta cámara web: hoy qué bien se sintió descubrir olas por arriba de los dos metros, sólidas, musculosas, sin viento y pintadas de un azul eléctrico por efecto de la luz matinal en el paraíso.

Fina estampa de un inka warrior del Perú.

Alonso no dejó que nadie se acomodara sobre los asientos. No habían transcurrido ni 30 segundos desde que se oyó la corneta para que el peruano se mandara en una buena, durando varios segundos dentro del tubo, saliendo limpio y confiado. El cambio de cámara fue a parar al rostro de su coach de toda la vida, Sebastián Alarcón, de San Bartolo, quien lo celebró haciéndonos un guiño, pues el Perú empezaba el heat con el pie derecho. Fue un lindo drop dentro del tubo, como para ir entrando en calor. Los jueces le dieron un 4.83.

Apenas regresó al point, el peruano no quizo contener sus ansias por sufear la siguiente. El veterano de la élite mundial del surf, el sudafricano Jordy Smith, que estaba en mejor posición, la dejó pasar y Alonso no dudo en mandarse con todo. Aunque más corta, fue más heavy que la anterior. Y parece que esa actitud guerrera le gustó a los jueces porque esta vez lo puntuaron con poco más: 5.33.

Inmeditamente sería el turno de Smith, quien se descolgó del labio de la ola para caer dentro del tubo y seguir avanzando hasta concluir su salida detrás de la espuma: 5.90. Poco después, cogería otra con la que no pasó nada. Al rato, vendría la respuesta de Alonso, quien entró en un estado cuántico. Se tiró una manga larga, y buscó posicionarse a toda velocidad en la zona más crítica del tubo hasta que todos lo vimos desaparecer. Por un momento, creo que todos pensamos que no la había hecho, pero supongo que sencillamente levitó encima del bowl, y reapareció detrás del clásico spray. Nuevamente: 8.5 en su tercera ola, tal y como sucediera en el heat de la primera ronda. Todo un déjà vu.

No, no es el mismo fotograma del sábado 27 de julio.

Nuevamente Alonso saldría del tubo alucinando, celebrándose así mismo. Y así fue como fue la primera saltada del asiento peruano.

Poco después, el sudafricano se mandaría en una de las más heavys del heat, pero no conecto rápido la sección, como que medio cuerpo se le quedó afuera, impactándole fuerte el grueso labio de la ola. Mientras Smith trataba de recuperarse en la zona de impacto, ahí aparecía el menor de los hermanos Correa yéndose en otra buenaza, heavy, larga. Y esa fue otra saltada de asiento porque Alonso seguía on fire, no dejaba ir ni se caía en ninguna. Los jueces le dieron 6.5, y ya sumaba 15 puntos, mientras que reloj indicaba que todavía faltaban 17 minutos por recorrer.

Y fue justo aquí donde sucedió la curiosidad del día. Al igual que Sofi en la narración, yo también pensé que a Smith le había pasado algo. ¡Qué tal vuelta había que darle a la laguna en jet ski para retornar al canal! ¿Siempre ha sido así de largo? La verdad es que no lo recuerdo. Prácticamente el jet ski se pasea por toda la isla, y los competidores tienen que esperar al menos tres minutos para volver a la acción, sin prioridad.

Con Smith en el line-up otra vez, el mar volvería a jugar a favor de Alonso, pues dejó de bombear y solo transcurriría un minuto detrás de otro. Muy cerca del final, Alonso cometería su primer error como competidor olímpico, y Sofi se encargo de resaltarlo hasta tres veces. Alonso se fue en un ola que no debió porque con esa ventaja, y tan cerca del final, lo que hay que hace es cuidar la prioridad para no dejarlo coger una buena ola al otro. Pero Alonso se fue en un tubo medio cerrojo y, además, no la hizo. Al sudafricano le hacía falta un score bien grande, un 9.10, a 2 minutos de terminar el heat. Pero creánme: esta clase de milagros ya han sucedido antes, a 20 segundos del final y en el mismo escenario… ¡así son las cosas en la Caja de Pandora de Teahupo’o!

Segundos antes del cornetazo final, Smith se metería un buen tubo, pero sería solo para despedirse del evento porque ya sabíamos que no le serviría para alcanzar al peruano. Alonso, inspirado por no sabemos quién, lo había vuelto a hacer y su nombre se convertiría en un loop para todos los medios de comunicación locales. “El menor de los Correa ya tiene asegurado un diploma olímpico”, se leyó en todas las noticias.

Según Sofi, lo que más le gusta a Alonso son las olas de consecuencia al estilo Teahupo’o.

Luego del heat Correa-Smith, el mar se puso más grande y achorado: Teahupo’o llegaría a mostrar todos sus colmillos para mostrarle al mundo su verdadero rostro, y convertirse en el famoso y retorcido “Muro de las Calaveras” del que tanto se habla. Se vivió un día histórico de olas y competiciones de ida y vuelta en estado salvaje. Lo visto volvió a rozar lo inverosímil, pero esas son las circunstancias normales en Chopes. Fue otro día para fechar en el calendario, con una bandera peruana ondeando bajo el firmamento de Tahiti…

Por supuesto que vi el evento, y sentí mis ojos sangrar. Y entre tanto “Alonso sí va”-“Alonso no va” a competir en la tarde, acabé exhausto. Cuando vi, como atrapado en un ensueño, que el evento se había cancelado caí en menos de un minuto desplomado sobre mi cama. Fue too much para mí. No tengo la misma serenidad de espíritu ni la sangre fría que el resto.

Veámos qué ocurre mañana.

Algunas líneas, o títulos, sin desarrollo de lo de hoy:

  • Medina a lo Michael Jordan en modo Space Jam por TV Globo
  • Ramzi VS Chianca: el heat imposible
  • Mezcal “Los Suicidas”: Cleland y Durú en el momento más picante del día
  • Robinson VS Florence en el famoso Heat de la Muerte
  • La serenidad local se impone a la arrogancia americana: Vaast vence a Colapinto y estos no intercambian una sola palabra al concluir el heat
  • Se encendió de pronto el “Muro de las Calaveras” y el japonés Reo Inaba hace historia al superar a Filipe Toledo

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