Crónica de un strike mission que acabó antes de lo esperado por Mateo Checa

Siempre es chévere escuchar una historia de un surfer pro, pero a veces siento que no hay mucho con qué como “relacionarme”. Sé que mi experiencia como surfista no es igual a la de ellos. No tengo el mismo nivel, el mismo equipo, ni la misma experiencia. Hasta el recibimiento que tiene un pro cuando llega a un lineup nuevo es diferente al que recibe un surfer mortal.

Por eso, cuando aparece una buena historia de un surfer “normal”, hay algo especial. Y eso es lo que tenemos acá… una muy buena historia de Mateo Checa, un surfer que, de hecho, tiene nivel, pero no es un pro

Así que creo que la mayoría de surfers que lea esto se va a poder identificar… con ese feeling de nervios por entrar a un nuevo lineup exigente, esa ansiedad o presión por performar en esa ola que sueñas que te toque, y esas ganas de querer superar tu surfing y mostrar que tú también puedes correr las mismas olas y meterte los mismos tubos que un pro.

La historia también deja buenas enseñanzas sobre las ventajas de hacer un surf trip solo, cómo mostrar respeto a los locales y las consecuencias de ponerte un poco goloso…

(advertimos que hay imágenes algo graficas más abajo)

Este strike mission fue con el primer swell de mayo… Si mal no recuerdo, hubo un swell grande a finales de abril con el que creo que lanzaron el campeonato de Pico y había visto que México, la zona de Salina Cruz había estado increíble.  Mi plan original era irme para ese swell, pero al final no pude y me quedé picón. Entonces me mandé con este siguiente que entraba los primeros días de mayo. No se veía tan grande, pero igual tenía buena energía y las mareas iban a estar buenas para esta zona de México.

Fui solo porque no conseguía a nadie más que vaya conmigo con tan poca anticipación. Compré mi pasaje el sábado y el mismo martes 3 de mayo ya estaba ahí en México. Llegué a las 11 de la noche donde me recibió mi guía. En la gran mayoría de estas playas no puedes correr sin guía.

Día 1

El miércoles temprano fuimos a correr esta ola que quería, estaba buena, pero no pude meterme… Mientras caminábamos, llegamos como a un cliff donde se ve la ola, y estaba increíble. No estaba tan grande, pero estaba glass, tubazos, líneas de un metro y medio, máximo dos metros. Justo cuando me empilo para irme a cambiar, un guía le dice a mi guía que había un roche con otro guía que no era de la zona porque había traído a seis pros con un venezolano guiando. Claramente a los locales no les gustó nada…sentido común creo… un venezolano que no conocen guiando a seis pros… y resulta que esos pros eran del team Quiksilver: Mikey Wright, Rolo Montes, y no sé quién más. Entre toda esta conversación, salen justo Mikey Wright y Rolo del agua y nos dicen: “Nos acaban de botar”. El guía les comienza a explicar que no era un tema con ellos, sino una mala jugada de su guía.

Las cosas estaban un poco movidas, pero fui a cambiarme y al regresar al parecer habían botado a más gente. Mi guía me miró y me dijo “Mejor hay que esperar que las cosas se calmen un poco. Corre esta otra playa al costado”. La verdad que la otra opción no estaba para nada mal jajaj…una ola power, tubo, metro y medio a dos metros , un poco menos perfecta, más cerrada pero no había nadie, así que me metí. Una primera sesión increíble, solo en el agua, me metí un par de close-outs y un buen tubo con salida. Sesión perfecta para calentar en los tubos mexicanos.

Saliendo fui a desayunar a un restaurante donde cayeron algunos locales. Empezamos a hablar y les hice la patería . Me contaron todo el roche con este guía que resulta que encima que mandó un venezolano, hace unas semanas atrás no había recibido a este grupo de locales muy bien por su zona. Luego al parecer salieron los más pesados y mi guía se paró de la mesa para hablar con ellos mientras caminaban por la playa. Me dijo : “quédate acá”.  Fueron como 30 minutos de mi guía hablando y yo veía el lenguaje corporal y me preguntaba: “¿Qué estará pasando?”.  Finalmente regresan y mi guía me presenta a estos locales que me dijeron “No hay roche contigo, tú estás solo. Mañana y el día siguiente puedes correr, no pasa nada”. Con eso ya me quedé más tranquilo de que si iba a tener mi chance en esta famosa ola.

Día 2

El jueves el mar estaba un poquito más grande que el día anterior.  Llegamos a la playa y como mi guía la estaba haciendo larga me fui caminando solo a la ola. Cuando estoy por bajar el cliff, me encuentro con un mexicano que me dice: “¿Tú quién eres?”. Le respondo: “Mateo, vengo con xxxx”. Me mira con una cara…y me responde: “Bueno. Yo no conozco a ningún xxxx”. En ese momento hubo un silencio incómodo, y altoque le dije:  “Mira broder… ustedes mandan. Si quieres, me doy la vuelta y no pasa nada”. Como que la pensó y me dijo: “Tranquilo, tranquilo, dale nomás”. Le dije: “¿Seguro?”. “Sí, sí, dale”. Era un filmer local.

Bajé el cliff, y me metí un pique por toda la arena para llegar a la zona donde ya te metes al point, y justo cuando llegué ahí por fin vi la ola de frente. Glass , sol saliendo y buenos tubos. Justo veo a Koa Rothman y Billy Kemper metiéndose.  Estaban con todo un crew de camarógrafos, drones, etc . Pasé al frente de algunos locales con los que había hablado el día anterior y pregunte “¿Todo bien, no?”.  Me respondieron: “Sí, tranquilo. Entra nomás”. Entonces, con la bendición de varios, me metí al agua altoque antes que cambiarán de opinión jajaja

Estaba bueno pero yo siempre que entro a una playa por primera vez, me quedo abierto por temas de respeto. Siempre están los locales, después están los pros , los semi-pros y gente que lleva años corriendo la ola …y luego están los mortales y nuevos , que también quieren su pedazo de la torta, ahí estaba yo.  Había su crowd, alrededor de 30 puntas y yo estaba tratando de analizar todo el line-up. Definitivamente fue un plus la conversación y buena onda con los locales el día anterior, cuando entré me saludaron y por ahí hubo una que otra conversación en el agua.  

Me agarré un par de olas, un par de tubos, pero ninguna así épica épica.  Una buena pagada de derecho de piso y en el late, de nuevo fuimos a Barra, un poco más de olas, ventoso pero super divertido para ripear.

Esa noche me acuerdo que le dije a mi guía: “Mañana quiero ser el primero en el agua. Quiero estar a las 5 de la mañana ahí, porque quiero aprovechar y agarrarme las mejores antes que todos lleguen”. Mi guía se caga de risa y me dice: “Mañana amanecemos ahí”.

A mí me pasa que cuando no estas en las playas donde siempre corres —más que nada fuera de tu país— y estás corriendo en una playa nueva con alto nivel de riesgo, siempre te entra un poco ansiedad , no solo porque es una ola nueva que no conoces, pero también porque muchas veces te puedes encontrar con line-ups bastante intimidantes. Tienes todo un grupo de gente que está con emociones a mil queriendo lo mismo que tú, en una especie de sistema con reglas establecidas y prioridades claras.  Nunca nadie te enseña cómo funciona este sistema, se aprende con el tiempo y con experiencia, pero cada playa nueva siempre es un mundo nuevo y hay que estar atento para analizar e interpretar en el momento como se desenvuelve.

Por otro lado, también está el hecho que, si te quieres coger “la ola” de tu trip o de tu vida, tienes que estar dispuesto a mandarte las bombas y ENCIMA hacerlas para no perder prioridad, y que las chances de lograr tu objetivo bajen.

Al final todo es parte del proceso, una o unas olas no deberían definir tu viaje, siempre hay mucho más valor y aprendizaje en toda la experiencia donde nos lleva el surfing y debemos disfrutar más de eso. Pero negar que no queremos meternos unos olones en estos viajes, sería mentirnos descaradamente a nosotros mismos y para alguien como yo, que corre tabla hace ocho años (he sido corchero toda mi vida, pero hace ocho años me paré en una tabla por primera vez) y que estoy buscando constantemente superar mis propios límites para mí mismo , en mi mente siempre está claro que quiero esas olas y sé que tengo la habilidad para hacerlas, pero también soy totalmente consciente que no tengo la misma probabilidad de hacerla que un Pro. Siempre voy a tener una posibilidad mucho mayor de caerme o no hacerla, y si bien como digo es parte del proceso, es imposible que esto no generé presión en ese contexto: “Si me voy a mandar, hay que hacerla.”

Día 3

Este era el día más sólido. Me levanté ansioso  y me repetí a mí mismo: “Yo puedo meterme esos mismos tubos que todos los que están ahí , creo que tengo la habilidad de mandarme y meterme un tubo igualito a los más bravos. Probablemente, mi posibilidad de que eso suceda es mucho más baja. Pero si se da, tengo la habilidad para hacerla”.  Me repetí eso desde que me levanté hasta que llegué a la playa.

Llegué de noche, estaba un poco más grande y un poco más movido también, pero se veían unos tubazos. Fui uno de los primeros en entrar. Ya conocía a los locales, hablaba con ellos, ya había entendido cómo funcionaba la ola, el line-up, las secciones….entonces esta vez ya me metí mucho más inside y comencé a entrar en esta famosa ronda de prioridad entre todos.

Me mandé un par de olas buenas, sin salida, pero buenas, críticas – eso me dio más confianza. La gente alrededor también se va dando cuenta…“Este huevón no es pro, pero se manda y se puede bajar sus olas y meterse al tubo”. Ya estaba entrando en este loop de turnos, y viene una ola mediana que se veía buenaza, y me tocaba a mí. Nunca tuve que gritar ni nada por la ola , ya estaba en la ronda de prioridades. Me la bajo y meto un buen tubo, deep y salgo.  Una vez que te metes tu primer BUEN tubo del trip, como que te quitas una espina y nervios de encima, esta es una de las razones por las cuales viajas hasta a estos lugares.   

Regreso y comienzo a esperar. Veo que todo el mundo agarra olas y después viene otra… me toca a mí, remo, bajo y me metro otro buen tubo con salida. Alucinante, ya con estas dos olas, para mí, ya estaba más que pagado el viaje. Esto es lo que quería y por lo cual viajé. Pero seguían entrando las olas y no podía desperdiciar ya haber entrado en el orden de prioridades. Entra otra ola y me meto otro tubaaaso.  Creo que ese fue el mejor tubo de mi viaje, el tercero y seguidito . Me acuerdo de haber salido con el spray y no me acuerdo que Pro me gritó dentro del tubo celebrando. Hasta ahora no encuentro video, creo que no me la filmaron, queda en el memory card.

Poder meterme tubos así junto a personas del deporte que definitivamente admiras, poder validarte eso a ti mismo que si puedes….es un feeling increíble, detrás de eso hay muchísimo esfuerzo.

Viene otra ola, la cuarta seguida y me meto otro tubo bastante bueno . Regreso al point y un local me dice  “Puta Mateo, qué tal tubazo, alucinante”.  Le dije: “¡Alucinante broder, muchísimas gracias por la buena onda!”.  Ya tenía cuatro tubazos encima, seguidos ola tras ola, entonces me acuerdo que pensé para mí mismo:”  Ya me metí cuatro tubazos , que es más de lo que hubiera querido en todo este trip. Estoy en el tercer día, me quedan 3 días más, mañana todavía hay olas y vamos a ir a buscar otros spots donde hay unos tubazos. Ya está, hora de salir …” Aprovecho y les agradezco a los locales antes de comenzar a remar más abajo para chapar una ola de salida.

El inside de esta ola es un tubaso cuadrado pero la última sección es un campanon mucho más maleado,  heavy heavy pero hay una que otra que puede abrir. Entonces veo esta que viene, ya para salir, y digo: “Ya, esta para salir”. Me la bajo y veo que la sección de la campana se empieza a poner y me ganó el dengue… creo que ese fue mi gran error jajaja querer un poco más… porque en verdad he podido tranquilamente salir de frente, feliz, pagado y entero.  Pero me quise meter de nuevo al tubo.  La ola se puso blanca, heavy, me meto al tubo, avanzo considerablemente en el tubo, pensé que iba a salir, y se cierra. Y ahí fue cuando pasó lo que menos quería…

Sentí un revolcón extremadamente agresivo y con bastante arena que sentías como agujas por todo el cuerpo… y dentro de las mil vueltas siento como la tabla me da directo en la planta del pie con la quilla con una fuerza que nunca había sentido. Sabía que había sido la quilla y automáticamente dejé de sentir el pie. Intentaba mover los dedos y era como si me hubieran anestesiado todo. Ya sabía que no era algo leve. Salgo del revolcón y lo primero que hago es agarrarme el pie y veo este corte horizontal en la planta que ya estaba sangrando bastante. Lo primero que se me viene a la mente es: “Se me acabó el trip”.

Intenté salir lo más rápido que pude, ya en la orilla, pisé un poquito y sentí cómo se abría más el pie, un asco, hasta ahora me acuerdo de esa pisada.  Comienzo a saltar y ya venía un local y el hawaiano Sebastián Zietz corriendo. Al toque me dijeron: “¿Qué fue?”. Y yo dije: “Me he cortado el pie”.  Todavía no había visto muy bien mi pie, solo quería salir, pero apenas lo veo… todo el pie estaba rojo, goteando sangre de una forma un poco fuera de lo normal. Veo la cara de los que me ayudaban y ahí fue donde me asuste. Les pregunte: “¿Cómo la ven? Esta feo pero nada que nos tengamos que alarmar no?”.  Y no me acuerdo quién de los dos dijo “¿Oye, tienes algún torniquete?”. Me puse pálido al escuchar esa palabra. Justo viene corriendo Koa Rothman:  “¿Qué fue, qué fue?”, me vio el pie y dice: “¡Alaaa, mierda! Tengo MediKit donde creo que tengo torniquete. “¡Ya tráelo, tráelo, brother!”, le gritan.

Estaba con bastante adrenalina y súmale ver a la gente asustada, hablando de un torniquete, en medio de una playa remota de México… de la nada me comencé a desmayar. Me acuerdo de que en un punto cerrar y abrir los ojos era casi igual. Ya estaba al borde de desmayarme, y los huevones: “¡No te desmayes, huevón!”. Y yo: “Bájenme un toque porque si no, me voy a desmayar”. Entonces me bajaron y me quedé en la arena. Viene Koa y viene mi guía, que me dice: “Tranquilo. Vamos a limpiar la herida, vamos a ver bien y vamos a decidir qué hacemos”. Me echaron agua, vieron la herida, y mi guía me dijo: “Mateo, escúchame: no te vas a morir hoy día wey jajjajaja”. Yo nunca estuve en pánico, pero si concentrado en mi respiración para no desmayarme.

Luego, ya como que todo el mundo se calmó y la vibra cambió de susto a risas. En verdad todos se portaron increíble conmigo. Desde Koa que trajo su kit, Sebastian que alentaba con palabras,  hasta los locales que ayudaron y otro local que nos prestó su camioneta para salir de la playa. Fue bien chévere ver el apoyo de todos. Ya nos estábamos cagando de risa y le digo a Sebastian: “Bro, cuando dijiste ‘torniquete’, ahí fue que casi me desmayo jajaja “  Y me dice: “Jaja sí, puta, no sabía, pero yo también estaba nervioso. Y no te puedes quejar. Te has agarrado un culo de tubazos. Hasta más que los pros”. Me cago de risa y le digo: “Me voy feliz y agradecido. Qué cagada lo que pasó, pero me voy a recuperar. Estoy tranquilo, porque para esas olas vine y me pagó.”

Después de esto vino una tortura en emergencias con una enfermera con poca experiencia. Como diez pinchazos a la herida abierta para la anestesia, no le daba, la anestesia se salía por la herida, un desastre. Me cosió con 4 míseros puntos para una herida que definitivamente necesitaba 10 como mínimo.

Cambié mi pasaje para el día siguiente, regresé a Lima, y altoque llame a mi pata Jorge Zarango hijo- Cirujano Ortopédico y le pedí que por favor me viera ese mismo “Día de la Madre”.  El diagnostico era que me había cortado la fascia plantar, un poco del tendón y una arteria secundaria, por lo cual necesitaba una operación.

Al final me operaron y fueron como 24 puntos: 12 internos, para el tendón y para la fascia, y 12 externos. Muy importante siempre para estas lesiones que las vea un cirujano. Yo me he podido quedar con los puntos de México, sino fuera por mi mamá que me obligó a ver a un cirujano, hay que hacerles caso a las mamás siempre también!!

Ya pasaron tres semanas desde la operación y estoy empezando a caminar recién, con muletas. Lo más probable es que me queden todavía unas semanas para estar corriendo de nuevo. Ojalá que menos… pero bueno, así es, gotta pay to play!

Un strike mission que acabó antes de lo esperado, pero que cumplió su objetivo. Esas cuatro olas que me tocaron una tras otra fue una cosa de locos, de las mejores olas que he corrido en mi vida. Estoy más que agradecido con todos los que me ayudaron y en general con toda la experiencia del viaje.   Al final estas son las historias que nos quedan como anécdotas para reírse y las experiencias que nos llevamos a la tumba…nada más!  Ya pronto estaré de vuelta, ahora mi foco es poder caminar bien. Pero sí te digo que por 4 olas así en una sola sesión…. me volvería a cortar una y otra vez más!

Una historia de como meterle un surf trip solo, superar tus limites y los peligros de ser muy goloso-

Un agradecimiento especial a todos los locales que siempre tuvieron la mejor onda conmigo, me dejaron agarrar buenas olas y estuvieron ahí para ayudar cuando lo necesité. Todos surferasos, chargers y buenas personas, solo hay que mostrar respeto cuando llegas a su casa, lo cual es educación básica en cualquier playa del mundo.

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