El día en que una hielera se hizo famosa

Meterte un tubazo de 10 puntos en Supertubos, y llevarte un cooler playero de vuelta a casa.

Cogerte la ola del día en Portugal en uno de los campeonatos más importantes del mundo, y luego suspirar al ver la boleta en el aeropuerto por exceso de equipaje.

Pero concedamos: cierto es que la hielera Yeti es un objeto útil. Puedes llenarla con algunas cervezas y los alimentos que prefieras, y luego irte a pasar el día de playa con los amigos. Yo llevaría muchas uvas y una botella de ron Havana Club. No sé ustedes.

La cuestión es que Robson se metió una bomba en Portugal que solo fue reconocida con una hielera que ahora ha sido descubierta a la venta en Marketplace a $550.

El ex surfer profesional convertido en DJ Paul Fisher no dudo en burlarse de la calidad de premio que dio la WSL por completar una de las olas mas dementes del año.

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Supuestamente los premios, trofeos o reconocimientos materiales son hechos para que el deportista los conserve a pesar de que, precisamente, “no sirvan para nada”. Son objetos-memoria que, una vez pasados los años, te recuerdan que diste lo mejor de ti en el evento que te haya tocado participar.

Un trofeo es un objeto inútil, es verdad. Pero se trata de un objeto cargado con la emotividad que el poseedor quiera otorgarle. Suelen lucirse en la sala del hogar para que los visitantes se queden mirando, y admirados hagan las correspondientes preguntas, dándote pie para que comienzes, otra vez más, el relato de tu memorable hazaña.

Y es seguro que nunca encontraremos un trofeo a la venta en Marketplace, porque su valor tiene otra dimensión.

Esta es la mirada de Beach Grit sobre la famosa hielera:

“Fue el primer 10 del año y de lejos la mejor ola que veríamos en todo el día. La hielera Yeti que recibe como recompensa no sólo será una mierda para cargar en el avión, y la cúspide de los trucos cursis de WSL, sino que en realidad es bastante degradante en el contexto de esa ola”.

Duke, por su parte, ha señalado que las tablas de Robson lucen casi completamente blancas, sin stickers de auspicios a la vista. Y que esta situación era bastante difícil de ver en el circuito profesional hace años.

Parece que el gesto de Robson de poner a la venta la ahora infame hielera Yeti es una las manifestaciones de la crisis existente en la WSL y la industria del surf en general.