LA COSTA VERDE EN VERANO

Cuando La Herradura se pone amigable y la Costa Verde está pintada

A un mes de haber empezado el verano y aun seguimos disfrutando de las crecidas que vienen del norte. Se estuvieron ganando por Talara, con Cabo Blanco y otras por la zona con condiciones épicas, pero aquí en Lima también hubo lo suyo. Peñascal y Peña Rosa siempre son una buena opción por el sur y en la Costa Verde las que siempre dan que hablar son Punta Roquitas y Tres Picos.

Lo chévere del verano es que, aunque las crecidas no le llegan tan mutantes como en invierno, te permite surfear las playas bravas con condiciones amigables y bien divertidas. La Herradura, por ejemplo, es perfecta como para empezar a surfearla, ya que en una crecida de verano la puedes encontrar de 1 a 2 metros, gruesita pero bien formada y con un sol encima que te conforta y alegra el ambiente. ¿Qué más? ¡Al agua! (pero no yo jaja)

Esta vez no quise entrar a La Herradura por no querer arriesgar mi rodilla – estoy a la mitad de mi rehabilitación, un paso en falso y podría arruinar lo avanzado – pero me permitió grabar y tomar fotos, que es algo que también me vacila. Por mi lente pasaron tablistas y corcheros pasándola bien, me parece que ahí estaba Coco Fernández y un tío rompiendo. Ya tenía material para el programa en YouTube y redes sociales.

Salió un buen video en SUNA SURF y además le agregué tomas de un Surf Tour que hice por la Costa Verde. Me había contactado Sam, un pata de Florida, a través de la web: https://sunasurfguide.com/ para que le muestre las playas de la Costa Verde y surfear.

Esa mañana estuvo bastante nublado, no se veía más que las olas de la orilla y además garuaba – típico en las mañanas de verano – pero de pronto comenzó a despejarse y comenzamos a ver derechas perfectas avanzando solas y sin crowd. Insólito. Decidimos meternos en una y nos ganamos con esas derechas fuertes que le entran por el swell norteño (algunas sacaban un poco de tubo), luego nos pasamos a La Pampilla y seguimos el vacilón. Las naves se portaron increíbles, Sam usó la 8’ Suna Surfboard y no la quiso soltar, le permitía agarrar todas. Yo me vacilé con mi 7’2’’ y me di cuenta que después de usar la 8’, se me hacía más fácil fluir con la 7’2. Buena transición, una vez más comprobé que una tabla larga siempre es buena escuela.

La sesión quedó registrada por Daniel Valladares – con él vengo trabajando y haciendo videos – y aquí los resultados. ¡Espero que disfruten este nuevo capítulo en Suna y no se olviden suscribirse porque cuando lleguemos a los 10K haremos un tonaso! Buenas vibras como siempre y buenas olas.

SUNA

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