En este capítulo daremos a conocer algunos antecedentes interesantes del surf en el Perú, para concentrarnos luego en los cuarenta primeros años, desde 1920 hasta fines de los años 50, en los cuales las mujeres empezaron a involucrarse en este deporte.
Se dice que el Perú cuenta con más de cuatro mil años de historia en la destreza de enfrentarse al mar y deslizarse sobre las olas en los tradicionales caballitos de totora. No obstante, empezaremos a fondear en los primeros años de 1900 cuando intentar surfear era un tema netamente de hombres. Según un artículo del diario El Comercio de febrero de 1960: “Los orígenes de esta actividad en el Perú pueden hallarse en lo que nuestros bañistas llaman “correr olas”. Fue allá, por 1909, cuando el grupo formado por Alfonso y Alfredo “Tiburón” Granda Pezet, el viejo Buzzaglo, Celso Gamarra, el “Gringo” Schoeder y Alfonso Cillóniz, entre otros, resolvieron “correr olas” empleando un tablero de dibujo, frente a las playas de Barranco. Poco después, fueron reemplazados por tableros de mesa”. Como observamos, en ese entonces no figuraba aún ningún nombre femenino.
En 5000 Años surcando las Olas se reporta que, en 1920, Jorge Odriozola hizo fabricar una tabla de cedro de dos metros de largo por setenta y cinco centímetros de ancho que funcionó bien en las olas y que fue el modelo que predominó en esta época. Nos refiere también que a fines de la década de los 30, había aproximadamente una decena de tablistas que se exhibían deslizándose sobre el mar de Miraflores parados sobre tablas chatas y largas, a pesar de que estaba prohibido. Todo un espectáculo para los bañistas de la época. Aparecieron los primeros nombres de aficionados que practicaban este pasatiempo y entre ellos el de mujeres como Alicia Otero.
Los que iniciaron este deporte en nuestro país fueron hombres de apellidos socialmente relevantes que pertenecían al sector dominante de Lima. Uno de ellos fue Carlos Dogny que, en 1937, trajo la primera tabla hawaiana al Perú que medía 4.20 metros y pesaba entre sesenta y ochenta kilos. Según el libro Huellas en el Mar, en 1941 se construyó la primera tabla en el Perú, una réplica de la traída por Dogny pero de caoba sujetada con tornillos de bronce. Esto llamó la atención tanto de hombres como de algunas mujeres hacia esta nueva disciplina.
En 1942 se fundó el club Waikiki de Miraflores, que hizo posible el desarrollo de la tabla, de las competencias, de los surfistas y de una pasión que fue creciendo poco a poco en nuestro país.
Nuevos nombres femeninos empezaron a figurar en importantes diarios de la época con la denominación de “damas”. “Las damas también entraron a la “candela” figurando Marilú Moreyra, Consuelo Otero, Gloria Gallo, Luey Otero, Esther Loredo, Chabuca Rey, Tita Berckemeyer, Juanita Mulánovich y Úrsula Nicholson. La aparición de las damas en esta actividad permitió la competencia por parejas, en las que el hombre, con gran equilibrio sobre la tabla, llevaba sobre los hombros a una dama. Espectacular y medio circense, esta prueba requiere mucha coordinación, vigor y serenidad.” La Prensa, 1960
En la entrevista realizada a Maria Elena Rey, más conocida como “Manie“, contó que le entregaron su primera copa aproximadamente entre los años 1956-1957 cuando tenía once años, en una exhibición de tándem con Carlos Dogny en el Waikiki. Relató que corría con la tabla de su papá con mucho cuidado porque aún no existían las pitas y las tablas eran carísimas además de ser muy escasas. Se entrenó en el tándem aprendiendo a hacer acrobacias con hawaianos y californianos que llegaban al Perú como Fred Hemmings. Comentó que en esa época eran seis mujeres las que corrían las pesadas tablas; la señora Barreda que para ella era la mejor, Pilar Merino, Lía Mezzano, la pollo Pardo, Eve Eyzaguirre y ella.
Según lo registra Huellas en el Mar, los campeonatos nacionales comenzaron oficialmente en 1955 y a partir de entonces se internacionalizaron. El club Waikiki invitaba a importantes surfistas internacionales. La tabla dejó de ser un pasatiempo para ir transformándose en una disciplina y una forma de vida.
En 1957 llegó al Perú, como regalo para Carlos Rey, padre de Manie Rey, la primera tabla de foam forrada en fibra de vidrio, causando gran expectativa y provocando que los demás surfistas también cambiaran sus tablas.
En 1959 se creó el club Makaha siendo una de las fundadoras la señora Sonia Barreda, además de otros amantes del surf de la clase media limeña. Más adelante se fundó el club Pacífico Sur y fueron estos tres clubes los que impulsaron el desarrollo del surf y le brindaron un alto nivel competitivo.
Los campeonatos, generalmente interclubes, se realizaban según distancias que iban desde los mil metros hasta las pruebas de gran aliento, como las que se daban entre la playa La Herradura y Miraflores o San Lorenzo y Miraflores. En el caso de las mujeres, las modalidades y distancias eran distintas. En el campeonato nacional de 1959 organizado por el Club Waikiki, Eve Eyzaguirre, clasificó tanto en 500 metros estilo colchón, que es lo que solían correr las mujeres, así como en 700 metros de tabla hawaiana.
Respecto al estilo colchón, en entrevista personal, Manie mencionó: “a veces nos parábamos en las colchonetas, corríamos parados y así nos divertíamos con mi hermano. Yo me pasaba muchas veces del colchón a la tabla de mi papá y el colchón se dirigía hacia las piedras nomás”. Eve Eyzaguirre, manifestó por su parte, en otra entrevista: “el colchón era para jugar, no era nada importante, era para hacer chacota, para meter vicio. Lo que si nos tomábamos en serio era la tabla”.
Fueron cuarenta años en los cuales las mujeres se iniciaron en el surf, divirtiéndose con maderas, compitiendo principalmente en colchón y tándem e interesándose cada vez más por la tabla. El surf fue un pasatiempo y posteriormente un estilo de vida de la clase alta limeña. Más adelante, les contaré cómo el tiempo fue cambiando las cosas en este naciente deporte.
- Los primeros cuarenta años de la mujer en las olas
- Los sesentas: las “damas” compiten sin alcanzar la gloria de los hombres
- La fascinante historia de Sonia Barreda
- Caída y resurgimiento del surf con Rocío Larrañaga como protagonista
- Los noventas: Nuevos talentos femeninos en el surgimiento del surfing contemporáneo
- Los 2000: Sofía Mulanovich marca un antes y un después en el surf femenino peruano
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