VIA SURFING – CAP 22: ¡Cuando pasan cosas increíbles!

Por Pamela Álvarez Calderón B.

Esta historia es prestada. La viví como actriz de reparto y fue alucinante. No me imagino cómo habría sido ser la protagonista. El actor principal me ha dado permiso para contarla. Espero no decepcionarlo.

<<< R E W I N D <<< JBay – Julio, 2017

Cuando estuvimos en Jeffrey´s Bay la primera vez, en el 2017, regresamos en el vuelo desde Port Elizabeth con algunos pro surfers del Tour. Como el vuelo hacía escala en Sao Paulo, había varios brasileros, entre ellos, Italo Ferreira. Si bien en ese entonces, Italo no era el Italo de hoy, es decir no era el campeón del mundo, ya empezaba a destacar. Había terminado en el puesto 15 del ranking el año anterior y ya se notaba que iba a dar que hablar.

Ya les he contado que tengo un novio. Se llama Jose y es mi compañero perfecto. Corre tabla desde que tenía 7 años y eso fue una de las cosas que más me gustó de él cuando lo conocí. Es un alma libre. Y pura. Después de varios años se volvió shaper. Su marca es Joso Surfboards y estoy segura que nadie le mete tanto amor a las tablas que hace como él.

Estando en el avión, en algún momento del vuelo que dura varias y largas horas, Jose fue a pedir agua a la parte de atrás donde están las aeromozas. ¿Y quién creen que estaba ahí haciendo exactamente lo mismo? Italo! Jose lo saludó e Italo, siempre tan buena gente, empezó a conversar con él. Jose le contó que era peruano y que había estado en JBay viendo el evento. También le dijo que era shaper y le dio una tarjeta diciéndole que le encantaría hacerle una tabla algún día. Italo le agradeció mucho, hablaron de otras cosas y se despidieron.

Cuando Jose regresó a su asiento, al lado del mío, me contó sobre su casual encuentro. Me pareció mostro y le dije: “qué loco y qué paja sería que alguna vez le pudieras hacer una tabla a Italo”.

>>> F O R W A R D   1 >>> Marzo, 2020

Se escuchaban las primeras noticias del nuevo virus que atacaba a China y a varios países de Europa. Decían que se llamaba Covid-19. Algunos días después, el primer caso llegó al Perú y luego, se declaraba la primera cuarentena obligatoria. Y así, como todos los peruanos, Jose y yo nos quedamos encerrados en nuestra casa.

Uno de esos días de cuarentena, Jose me cuenta que le había llegado una invitación para participar en un concurso que estaba lanzando Aku Shaper. Aku Shaper es una marca australiana de softwares de diseño y máquinas de shaping. Es la más importante del mundo y Jose usa ese software para diseñar sus tablas. El concurso consistía en el desafío de diseñar una tabla pensando que la usaría el actual campeón mundial, Italo Ferreira, para correr específicamente Bells Beach en buenas condiciones, con olas de 4 a 8 pies. El concurso se llamaba: Aku Shaper Bells.

Jose me dijo “voy a participar”. Se sentó a mi lado mientras yo trabajaba y empezó a diseñar la tabla para Italo en su computadora. Me iba haciendo algunos comentarios. Uno que recuerdo mucho es que Italo tenía casi su mismo tamaño y peso. Y así, como jugando, empezó a diseñar la tabla. Cuando terminó, me enseñó cómo había quedado, explicándome cada variable: el tamaño, el rocker, los cóncavos, los rieles, el tipo de cola, el volumen, el tipo de deck y mil detalles más que me contaba con la misma pasión con la que me cuenta de cada creación suya.

>>> F O R W A R D   2 >>> Viernes 17 de abril de 2020.

Pasaron los días y la verdad es que yo ya me había olvidado del concurso. Pero ese viernes 17 de abril lo voy a recordar siempre. Escuché a Jose decirme algo desde el cuarto, yo estaba en la sala, y al inicio no entendí bien qué me decía. Al ratito, se acercó a mí con esa cara de felicidad que solo alguien que consigue algo muy importante puede tener. ¡Jose había ganado el concurso!!! Los jueces que realizaron la evaluación habían sido el gran shaper hawaiiano Wade Tokoro y el equipo de Aku Shaper y habían dado como ganador el diseño de Joso Surfboards. Es decir, de Jose. Sí, mi chico. Sí. Él.

Era un súper logro. Jose le había ganado a shapers de todo el mundo. Y yo solo pensaba que era el premio más merecido para alguien que hace las cosas con tanto amor, tanta pasión y disfrutando cada parte del proceso.

Yo no podía más del orgullo, obvio. Y conversando con él, se le ocurrió la idea de poder hacerla. Y luego, decidió que Italo tenía que tener esa tabla en sus manos.

Recuerden que el concurso era solo diseñar la tabla. Es como en arquitectura hacer el plano de una casa, por ejemplo. No consistía en hacerla, o para seguir con el ejemplo de la arquitectura, no consistía en construir la casa. Era un concurso de diseño. Pero Jose ya había decidido que esa tabla merecía existir. Y no solo eso, merecía estar en las manos del campeón.

Así que después de hacer varias averiguaciones llegamos a ubicar a Italo. Jose le escribió y así como en el avión, contestó súper buena gente, felicitando a Jose por el premio y diciéndole que estaría feliz de tener la tabla con él.

Así que Jose puso “el planer en el foam”, por no decir que puso “manos a la obra” y la shapeó. La hizo realidad. Ahora la tabla ganadora del concurso no solo existía en diseño sino que era real. Se podía tocar. Yo no podía creer que los mails iban y venían entre Italo y Joso. Era surreal. Coordinaciones del envío, direcciones, agradecimiento y obviamente mucha buena vibra.

Y la mandó. Esa tabla viajó desde Lima a Rio Grande do Norte, Brasil, donde Italo estaba pasando la cuarentena. Y ahora, esa tabla, es además un modelo de Joso Surfboards, se llama: “Bells”.

Hasta ese momento, no había unido las 2 historias de este relato. Pero en un instante, se me vino a la cabeza y dije: “Jose… se cumplió lo que conversamos y lo que le dijiste a Italo en el avión regresando de Jeffrey´s hace 3 años”. Y sí pues. Era verdad. Esa idea que 3 años antes me había parecido una locura y algo casi imposible, ahora se había hecho realidad. ¡Jose le había hecho una tabla a Italo Ferreira! Las cosas increíbles sí pasan. Solo tienes que meterle mucho amor y mucha pasión, como Jose lo hace.

Como les dije al inicio, esta es una historia prestada y mi papel fue el de la actriz secundaria, en este caso, la novia del protagonista, jajaja. Pero la viví minuto a minuto como mía, orgullosa a mil. Claro, cómo no estarlo. Así que tú que estás leyendo esto, hagas lo que hagas, cree en ti, confía, mándate con todo, que si realmente lo quieres y le metes muchas ganas, las cosas increíbles, sí pasan!!!

Nos vemos el próximo jueves, ¡chau!

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