El Templo Surf House

El Templo Surf House es una nueva y excelente opción para personas que quieren probar las olas de Punta Hermosa o simplemente desconectarte de la rutina. Fundado este año por el Colo, un Uruguayo que conoció Punta Hermosa y se enamoro, y su enamorada Mariel que tambien llego a Punta Hermosa hace poco y encontró que es un lugar especial. Juntos se mandaron en este proyecto de crear un Surf Camp en Punta Hermosa que ofrezca mas que solo un lugar donde quedarse y de hecho lo estan logrando. El Templo lleva abierto solo unos meses pero ya están viendo de expandirlo para poder recibir mas gente este verano.

Aquí un poco mas de la historia del Colo, El Templo y como ayudar con su nuevo proyecto…

¿Quién es el Colo, como se inició en el surf y como llego a Perú?

Soy Colo, Matías, uruguayo creci en Colonia y vivía en Montevideo. En la playa de mi infancia corría con una tabla de espuma que se me partía al segundo. Después por otros temas dejé, nunca más le metí, pero siempre quise surfear. En la pandemia fue cuando me picó el bichito, y arranqué a meterme a clases y me puse a surfear como un loco. Todos los fines de semana me iba para el Este que es La Paloma, Punta del Este que es donde hay olas en Uruguay, hubiera lo que hubiera. Acá en Perú la mayoría de los días ni se te imagina entrar al agua comparando con lo que es surfear en Uruguay.

Trabajaba en Infocasas, que es un portal inmobiliario que funciona como startup. Yo trabajaba en el área de nuevos negocios abriendo nuevas unidades de negocio. Ahí mi jefe de ese momento que también surfeaba me regaló una tabla. Le estuve dando poco a poco, hasta que metí un surf trip con Integral Surf, que ahí arranqué a agarrar mis primeras paredes con velocidad y… me voló la cabeza. Ahí hice un cambio radical y me metí al 100% en el surfing. Deje de salir, arranqué a comer más sano, me puse las pilas y quise mejorar y seguí haciendo viajes.

En el trabajo teníamos que validar el proyecto Perú y me ofrecieron venirme tres meses a Lima. Como estaba arrancando a surfear dije me voy tres meses de prueba a Miraflores. Vivía ahí en Enrique Palacios y le metí con todo. Surfeaba todos los días Punta Roquitas por tres meses. Y así llegué a Perú, en realidad, validando el Proyecto Perú.

¿Entonces te quedaste acá desarrollando el proyecto de tu empresa en Perú?

No. Al final de los tres meses nos sentábamos, hicimos números y la rentabilidad del Proyecto Perú no era tan buena. Entonces renuncié… Estaba bien enganchado con el surfing, en tres meses progresé lo que no había progresado en un año en Uruguay. Entonces me había visualizado viviendo acá en Punta Hermosa.

Ya había venido una semanita a surfear con unos amigos de Uruguay y con Coco, Jorge Herrera, anduvimos por acá surfeamos unas olas increíbles en esa semana. Ahí fue donde hice el match con Punta Hermosa y dije, ahí quiero vivir en ese lugar con esas olas para mejorar. Vengo del mundo del emprendimiento, siempre me gustó armar proyectos, y me vine con ganas de hacer uno por acá.

Y ¿Como fue tu primer encuentro con Perú y Punta Hermosa?

La vida en Punta Hermosa me sorprendió. En verano no se puede sacar el auto, prácticamente. Me parece un buen equilibrio. Siempre te pasa que cuando estás en invierno, querés que venga el verano, y cuando estás en verano, querés que ya sea invierno. Tenés lo mejor de los mundos: en el verano la parte social, de actividades, la parte de rico clima, y todo lo demás. Y en invierno, lo que no tenés de rico clima, lo compensas con la tranquilidad… puedo surfear La Isla solo a las 5 de la tarde sin problema. Tenés un montón de opciones a 5 minutos. Hay un sentido de pertenencia que es increíble. Aquí la gente te trata súper bien. Me sentí como en casa desde el primer momento. Toda mi vida desde que era chiquito, viví en un pueblito. Y lo sentí parecido. Todo está súper cerca, conocés a todo el mundo. No tenés que agarrar un carro para ir al supermercado. Caminás 5 cuadras, y en dos minutos comprás las cosas y volvés a tu casa.

Son otros tiempos de vivir, fuera de la ciudad. Calidad de vida. Una vez que te acostumbras a no salir al tráfico, estar en contacto con la naturaleza, tener espacio, meterte al mar casi todos los días… es increíble. Punta Hermosa tiene esa calidad de vida que uno siempre busca. Yo siempre digo que es súper seguro. Ves niños jugando en la calle sin problemas. La gente está más tranquila, menos apurada. Le gusta cuidar el medio ambiente. Se preocupa porque las playas estén limpias, que las cosas funcionen bien. Hay sentido de comunidad. Eso me atrapó y me gustó.

Entonces te gusto Punta Hermosa, renunciaste a tu chamba para poder quedarte por aca. Sabias que ibas hacer?

Estaba pensando más que nada en tener un Surf House. El sueño de todos mis amigos era hacer un Surf House, y me vine con esa idea. Armé surftrip.uru, que era como un booking de paquetes de surf o un Airbnb. Y empece a traer uruguayos y argentinos a surfear acá, a Punta Hermosa.

Al principio estuve en el Surf Camp de Wave Surf Camp. Estaba increíble. Estuve viviendo ahí prácticamente un año. Y traía a la gente a través de mi página web e Instagram. básicamente hacía comercialización de paquetes a través del instagram, invirtiendo en redes sociales y la página web que también tiene su tracción, vendía paquetes de surf.

Eso fue lo que estuve haciendo durante un año y medio. También trabajaba en la entrada de Dragón. A los que iban a Dragón, a varios los habré tramitado en la puerta jaja. Y después también trabajé en algún que otro tono en la entrada. Más que nada siempre era un trabajo que consumía poco tiempo, una paga buena. Estaba muerto el sábado o el domingo que era el día que había mucha gente en el agua, entonces a mí me cerraba por todos lados. En la semana tenía tiempo para surfear para dedicar a los clientes que venían y pasar tiempo con ellos y surfear.

Y ¿Como nació El Templo?

Fue en febrero de este año que nos íbamos a mudar con Mariel, mi novia, juntos. Estábamos mirando depas para mudarnos y en esa búsqueda aparece una casa gigante de siete cuartos. Todo por alquilar temporada baja: mil dólares. Ahí se me prendió como una lamparita, y dije: “Opa tengo una ventana para tener un alquiler bajo y poder armar un negocio sin un fee tan grande”. Le planteé a mi novia el proyecto, le dije: “Estoy un poco loco pero, ¿qué te parece esto?”. Me dijo “sí estás un poco loco”, se rió, y a los días estábamos yendo a mirar la casa. Por ubicación, y por un tema que la casa en realidad la querían vender, no nos servía para lo que queríamos. Entonces, llamé a Pancho. Le pregunté si conocía algún lugar. Me contó de su proyecto de vida, su proyecto personal, y que tenía el espacio donde está el Templo ahora. Bueno, firmamos el acuerdo y la verdad que la casa está increíble, es inmejorable.

Fue el segundo lugar que miramos y ni bien entramos sabíamos que era. Además, con la confianza, con Pancho sabíamos que las negociaciones y todo lo demás iban a ir por buen camino. Así que no buscamos más. Esta era la verdad.  Y ahí el 1 de abril estábamos haciendo la mudanza, y el primer cliente estaba llegando el mismo día que abrimos. Por suerte, como tenemos confianza con Pancho, pudimos venir a hacer fotos, armar el Instagram, mover redes, todo antes. Entonces ya desde el 1 de abril estábamos con tracción y con clientes. Así que estuvo buenazo.

¿Cuál es la idea con El Templo?

La idea de El Templo es que sea un espacio para descansar, pero no queremos que sea como si fuera un hotel, la idea es que te sientas como en tu casa. Tenemos habitaciones compartidas que están desde 30 dólares la cama, con desayuno incluido. Después habitaciones privadas que van desde 100 dólares la noche. Tenemos una cuádruple hasta para cuatro amigos. Una matrimonial y ahora vamos a ser dos cuartos más, que van a tener seis camas que van a ser compartidas. Los colchones están de primera línea, son como los que tenés en tu casa, los armarios también. Eso en cuanto a las comodidades y disponibilidad.

Después, con respecto a qué hacemos en sí, brindamos mucho más que solo servicio de hospedaje. El hospedaje es una cuota muy chica de lo que es El Templo. Es un lugar para conectar con la naturaleza, con la gastronomía, con el mar. Entonces lo que buscamos es que sea una experiencia en todos los sentidos.

Vendemos paquetes de surf donde te buscamos en el aeropuerto, te llevamos a surfear, tenemos clases de surf para los que están aprendiendo. Alquilamos tablas también, y después también tenemos retiros más holísticos que es la parte que dirige Mariel. Lo que buscamos es básicamente bienestar. Que sean todas actividades vinculadas al bienestar, sentirse mejor. meditación, auto-conocimiento. Hacemos técnicas de respiración, ya sea para rendir más en el mar, o también para manejar situaciones de estrés. Hacemos también inmersión en hielo. Hacemos todas las actividades que tengan que ver con el bienestar y con el convivir en el día a día con la naturaleza.

Por ultimo, con respecto a las demás cosas que tienen, tenemos mesa de ping-pong, todas las comodidades para dejar tu tabla, limpiar tu traje, una piscina súper grande y cómoda, el sunset que se pone enfrente. Estamos en primera línea con vista al mar. Además tenemos un espacio parrillas, el horno de barro. A la hora del sunset arrancamos las actividades algun plancito en la noche, siempre tranquilos intentando de conectar con la gente, como hay gente de otros países que cuenten cómo es el surfing en su país, la gente de acá le cuenta cómo es el surfing acá y bueno, un poco intercambiar conocimientos y experiencias, ¿no? Eso es lo que buscamos.

¿Y qué harán este sábado?

Bueno, ahora para el evento el sábado tenemos un evento pro fondos básicamente que es para construir dos cuartos más y una terraza arriba para hacer un espacio de yoga y tener más espacio para recibir gente en verano. La idea del verano es hacer activaciones, eventos, queremos aprovechar a full el horario del sunset, prender el horno de barro, compartir con chelitas, con tragos, con mate.

Es un espacio para más que nada conocer gente, que esté vinculada a la vida con el mar, con la naturaleza, y bueno, es un espacio de relax y descanso, ese es el plan y esa es la idea. Que El Templo sea un lugar para descansar, para relajar. Si van a ver sus chelitas, sus tragos, pero no va a ser un lugar de fiesta, sino que va a ser un lugar de descanso y de tranquilidad, estamos haciendo yoga, meditación, talleres de arte y vino. Entonces hacemos de todo un poco, y este sábado estaremos haciendo el evento pro fondos para construir los dos cuartos.

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