La primera vez que vi el mar inmenso fue en el año 1997, cuando le entró el Fenómeno del Niño y causó revuelto por todo el norte, transformando Lobitos y demás playas a lo largo del litoral peruano. Tenía 16 años y me agarró en Ancón, a dos años de haber aprendido a surfear y en la playa Las Conchitas, que lo puso como de dos metros, largo y con secciones de tubo cerca a la campana. Muy pocas veces se pone así esta playa, yo no lo había vuelto a ver así hasta hace poco que le entró la llamada “Tormenta Perfecta” y por supuesto me fui para allá.
En Ancón me esperaba mi broder Luis Ramírez, local de Ancón y con quien suelo surfear Pasamayo, pero esta vez el fin de semana la pasaríamos en Las Conchitas, pues se puso como lo recordaba hace 30 años. Derechas grandes y largas reventaban desde el point, que a veces se cerraban en la segunda sección, pero si agarrabas las mejores y picabas con todo, conectaba las dos secciones y te ibas en unas largas hasta la campana.
Claro, no era una ola tan grande y de hecho hay mejores, pero correr olas buenas en playas donde normalmente no hay es algo especial. Tiene su emoción también, porque es algo que no se repite con frecuencia y tienes la suerte de poder estar ahí, surfeando una ola que quizá no la vuelvas a ver en dos o tres veces más en tu vida.
Un gran sentimiento también fue volver a la playa donde aprendí a surfear, donde conocí el amor a las olas y con quien lo compartí con mi mejor amigo: Broz Ramírez (hermano mayor de Luis). Él se nos fue hace 10 años al otro mundo, pero si su espíritu aun viene por aquí, de hecho, nos acompañó en este fin de semana, mandando todas las vibras y bendiciones.
Otra cosa que hicimos este fin de semana fue hacer sandboard, yo solía hacer esto con Broz en Santa Rosa cuando éramos chibolos, pero esta vez fue en las dunas de Pasamayo donde nos juntamos con el grupo de “Lomas de Ancón”. No contactamos con ellos, nos prestaron el equipo y nos llevaron para bajar estas grandes olas de arena. Fue buenazo, una actividad que de todas maneras volveremos a hacer, sobre todo los días que vayamos a correr a Pasamayo y queramos cerrar el día con un poco más de adrenalina. La gente de “Lomas de Ancón” maneja otras actividades con la gente del lugar, como caminatas y kayak, ayudan mucho a su comunidad y pueden encontrarlos en Instagram por si desean juntarse, cuentan con todo el equipo y traslados.
Espero que disfruten del video, este verano pinta bueno y pronto volveremos por esta zona para correr Pasamayo y más sandboard.
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